Hoy las mujeres tenemos que alzar la voz y que se nos oiga en un altavoz:
Porque yo no soy el sexo débil.
Porque cuando trabajo quiero que se atienda primero a mi voz y no al vuelo de mi falda.
Léeme un cuento al despertar
Solo después, os halláis el uno frente al otro, desnudos, entre palabras confesadas e inquietudes compartidas. Una ventana sin persianas deja paso al sol y la luz no induce al sueño. Dos extraños compartiendo un colchón desde el que se resisten a despertar.
Ahogando las ganas de primavera en el café
Los primeros cuerpos se estiran en los parques. Las películas se mudan al autocine. Se emplazan las primeras terrazas sobre las aceras y el recogimiento de las tardes de invierno evoluciona a las primeras tardes desvestidas y agitadas.
Aprendiendo a desaprender
Nunca he sabido atarme los zapatos. Cuando era pequeña aprendí a sujetarme los cordones de las botas de una forma diferente, con otro tipo de nudo, con mi propio lazo.
Robótica
El andar se vuelve balado y sin rumbo. Solo es una máquina que va agotando el día con artes mecánicas y desprovistas de inteligencia.
Cruce de vías
De pie, con los brazos colgados y las pupilas clavadas en el horizonte. Con el motor del coche en marcha, la puerta abierta y la radio encendida. Sonaba Blowin’ in the wind de Dylan.
El patio de mi casa
Subida a una banqueta, frente a ti, me enseñaste que había también que peinarse cuidadosa las cejas, y que la colonia debía rociarse detrás de las orejas y sobre las muñecas.
Ruido
Zumbido. Te veo pero no te miro, te oigo pero no te escucho, te toco pero no te siento. Estoy a miles de kilómetros de distancia.
El síndrome del espejo
Unos maquillan los objetos con la imaginación, otros los embrutecen con miradas rudas, incrédulas o desconfiadas, y otros distorsionan los cuerpos por una impresión irracional….
El chachachá del tren
Vagones atestados de hormigas rumbo a su quehacer. Se palpan, se respiran, algunos se mezclan y otros se esquivan. Sobresalen hombres trajeados y mujeres con carmín, ataviados con carteras…