Ángel que reza y resguarda mis puertos

Es tu sombra audaz cobijo de miedos

Nido de paz que protege mis sueños

Bate de apremios que vuelves risueños

Criba de llantos que salva mis credos

 

Mano que recoge polvo de ruedos

Peleando monstruos que vuelves pequeños

Devolviendo el arrojo a mis empeños

Sanando males que avivan enredos

 

Corral de monstruos que atrapa mis muertos

Paño de daños que funde mis hielos

Ángel que reza y resguarda mis puertos

 

Madre que esconde mi agitar en suelos

Testigo de sombras, cura de entuertos

Maestra sabia para empujar mis vuelos